por fin...por el fin cumplí el tan ansiado deseo de conocer India...allá vamos!!!!!!

sábado, 2 de julio de 2011

Día 8. Udaipur.

Nos levantamos tan pronto que quedan casi dos horas para el desayuno, así que le levanto al marido y nos vamos a mirar como empieza el día en la ciudad de Udaipur.  
 Yo creía que eran más madrugadores...qué chasco...no vimos a casi nadie. Además nos metimos por una zona en la cual se acumulaban charcos procedentes de las tuberías de las casas colindantes..joé, qué peste..aunque creo que ésa fue la única vez (aparte de en el templo de Karni Mata, claro) que olía que apestaba. Siempre había oído hablar de los olores de India en el que siempre se incluía el olor a basura y a podredumbre, pero yo hasta este día no lo había notado. Y ese día fue el primero y el último. Será que fuimos por sitios muy "finos" jiji
 
 Volvimos al hotel a desayunar y seguidito nos fuimos a ver el templo de Jagdish, uno de los pocos templos hinduístas que nos encontramos por el camino. La entrada es gratuita. Solo se paga la voluntad por el "cuidado" de los zapatos. 
 Unicamente se permite fotografiar el exterior, y es una pena, porque dentro te entran unas ganas de inmortalizar decenas de momentos... 




 
 En el exterior de este templo conocimos a un hombre que nos estuvo contando que llevaba una escuela de arte, de miniaturas concretamente ( Udaipur es muy conocida por el arte de las miniaturas) y que en varias semanas marchaban a Bilbao para exponer en el Guggenheim. Ay ama, no ibamos a ser nosotros los que le quitaríamos la "ilusión" . Menos mal que ya ibamos advertidos de las triquiñuelas del personal !!!! Pues no sirvió para nada, porque no sé ni cómo en 5 minutos nos vimos dentro del taller del susodicho en el cual los trabajadores nos enseñaron la técnica y nos sacaron montones de miniaturas para vendernoslas. 
 Alabamos el trabajo y amablemente les dijimos que no queríamos comprar nada, que nuestra casa ya estaba llena de obras mías, que para eso era del gremio.  
 Justo entonces me llamó Shiva al móvil (llevé uno liberado y en Jaisalmer compré una tarjeta Sim para estar en contacto con casa y con los contactos en India) y quedamos en cinco minutitos en el exterior del Jagdish para que nos llevara a dar un paseo en barca por el lago Picchola.

 En la barca solo ibamos nosotros y otra pareja de habla inglesa. Ah! Y decenas de mosquitos!!!!!!!!!!!!!Tuvimos que sacudir los chalecos salvavidas antes de ponernoslos!!! Mira que hasta ese momento no habíamos visto ni un mosquito, pues ese día se debieron resarcir... Qué contenta me puse de ir más que rociadita con el Goibi extreme y la ropa con bien de permetrina!!! Creía que me iban a acribillar, pues no, ni una picadura.

 El paseo en barca permite una bonita perspectiva de Udaipur , de sus orillas y de la vida diaria de sus gentes en los ghats. Era lo que queríamos haber visto antes de desayunar, así que contentos.

 




 
El barco hizo una parada en la isla de Jag Mandir, lo que nos dio la oportunidad de sacar fotos desde otra perspectiva y poco más. Estabamos entretenidos en escaparnos de los mosquitos arggggggggggggggg




 
De vuelta a tierra firme nos encontramos con montones de árboles repletos de murciélagos pitxa arriba. Dios qué grandes!!!!!!!!!!

 
 Estabamos ya un poco cansados de ver tanto monumento y pasamos de ver el palacio de la ciudad por dentro, lo vimos por fuera y punto. Preferimos adentrarnos en la calles de la city, que ya estabamos un pelín saturados de tanto monumento.


Y casi mejor, porque ¿qué fue con lo que nos encontramos??? Una boda!!!! Así que raudos y veloces aligeramos el paso para unirnos a la comitiva que acompañaba al novio en caballo que se dirigían hacia la casa de la novia. Hasta banda de música!!!!
 Pero ay cuando se dieron cuenta de que nos habíamos unido a ellos!!!! Todas las mujeres a por mí!!!!Qué divertido fue!!! Entre todas me agarraron y me metieron entre todo el jolgorio para que bailara con ellas y en un segundo me vi en el epicentro de la fiesta entre saris, niños, músicos ...Y Goyo en la acera de enfrente muertito de la risa jajaja. Fue genial. Eso sí, escabullirme casi imposible, las mujeres no me dejaban jajaja.
A partir de ahí, ya conocidos en Udaipur. Era vernos y ponerse a sonreir y a bailar .

 



Inspeccionamos la otra orilla de Udaipur atravesando un puente y qué bien, porque encontramos un local que nos encantó. Era guest house, restaurante y centro de masaje shiatsu. Su dueño, Rajú, era un tío encantador, increiblemente equilibrado y honesto.Se negó a sacarnos la comida que le pedimos diciendo que era exagerado, no le gustaba nada que sobrara algo del plato, y evidentemente acertó. Pedimos una pizza de champiñones sobre pan de chapati (buenísima!!!) y otra rajastaní que estaba rellena de vegetales y picaba como un demonio, pero que Goyo todavía se relame pensando en ella. Tuvimos una agradable conversación con Rajú, o al menos lo que mi birria de inglés nos permitió y nos marchamos de allí tan contentos que decidimos volver a la noche.
Quedamos con Shiva y fuimos a ver los jardines Saheliyon Ki Bari, que personalmente, no nos gustaron nada de nada, demasiado kitsch, pero estuvo bien el cambiar de registro y disfrutar un ratillo sentados en la hierba.


Más tarde fuimos a ver la puesta de sol a los ghats, nos habríamos pasado horas......
 Allí mismo vimos un graffiti de Ravi Shankar, quizá el músico más conocido de India por su colaboración con los Beatles. Posteriormente descubrimos que era una obra de un artista iraní A1one .

 


Cenita en el Bharti otra vez, cocinada esta vez por el hijo de Rajú, y vuelta al hotel a dormir, que era ya tardísimo y al día siguiente marchábamos a Pushkar.

2 comentarios:

  1. jajjajaj, pero bueno, Goyo ademas de reirse deberia haberte fotografiado en esa marabunta de mujeres en la boda!

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  2. ya te digo!!!Pero este hombre solo se movía para pedirse la cerveza !!!

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